Desde el fondo de ti, y arrodillado
un niño triste, como yo, nos mira.
Por esa vida que arderá en sus venas
tendrían que amarrarse nuestras vidas.
Por esas manos, hijas de sus manos
tendrían que matar, las manos mías.
Por sus ojos abiertos en la tierra
veré en los tuyos lágrimas un día.
Yo no lo quiero, amada.
Para que nada nos amarre
que nos un nada.
Ni la palabra que aromó tu boca
ni lo que no dijeron las palabras.
Ni la fiesta de amor que no tuvimos,
Ni tus sollozos junto a la ventana.
Amo el amor de los marineros
que besan y se van,
dejan una promesa,
no vuelven nunca más.
En cada puerto una mujer espera,
los marineros besan y se van,
una noche se acuestan con la muerte
en el lecho del mar.
Amo el amor que se reparte
en besos, lecho y pan,
amor que puede ser eterno
y puede ser fugaz.
Amor que quiere libertarse
para volver a amar.
Amor divinizado que se acerca.
amor divinizado que se vá.
Ya no se encantarán mis ojos, en tus ojos
ya no se endulzará junto a ti mi dolor
Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.
Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que e sembrado yo.
Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos, no sé hacia donde voy
....Desde tu corazón me dice adiós un niño.
Y yo le digo adiós.
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